Siempre
me han gustado los grissinis que se
sirven en algunos restaurantes italianos. Para mojar las salsas, comer con
queso fundido o algún paté casero como humus, es lo mejor.
Ingredientes
500
g de harina de fuerza
350
ml de agua templada
7
g de levadura seca activa
1
cucharadita de azúcar
4
cucharas de aceite
1
cucharadita de sal
Para
decorar:
Un
huevo batido
Para
elegir: sal gorda, semillas de sésamo, semillas de amapola, semillas de
calabaza, pimienta negra molida etc
Preparación
Metemos
todos los ingredientes en un bol, mezclamos hasta formar una bola. Lo
transferimos a la superficie enharinada y empezamos a amasar unos 10 min, más o
menos, hasta la masa este firme y deje de pegarse a la mesa. Si hace falta, se
puede echar un poco más de harina. Dejamos que crezca tapado con un pañuelo
mojado una hora aproximadamente o cuando doble su tamaño.
Pasado
este tiempo, dividimos la masa en pequeñas porciones – es mucho más fácil –
primero se corta la masa en pequeñas laminas y luego, rodando cada trozo, se
forma un grissini.
Pintamos
cada rosquilleta con un huevo batido y pasamos por platos llenos de semillas de
sésamo, calabaza, sal, lo que más nos apetezca.
Horneamos
unos 15 min a 220ºC. ¡Listo!