Preparar
comida no es una tarea fácil. Los platos pueden ser una fuente de contaminación
de varias bacterias, virusas, incluso parásitos si no se cumple las reglas de
higiene. He decidido recoger unos consejos más importantes para ayudaros a
prevenir las enfermedades gastrointestinales.
Primero, la compra
Desagradecidamente,
muchas veces la gente compra basándose únicamente en el precio de producto,
promociones o rebajas. Entiendo perfectamente, que cada uno quiere ahorrar a su
manera. Pero también hay que fijarse en la utilidad de cada alimento.
1. Siempre fíjate bien lo que compras. Si carne “suda” mucho,
es probable que lleva un par de días en la nevera de supermercado y no es de
todo fresco. Observa bien los trozos que venden a granel en charcutería – si
ves que son brillante, verdes, muy oscuras o, al contrario, blancas y secas, es
mejor elegir otra pieza.
2.
Mirad la fecha de
caducidad. Parece un consejo para tontos, pero de práctica sé que mucha gente
no lo hace. Hay que mirar cuando caduca
el producto y cuando lo vamos a consumir. No compres nunca nada que tiene
fecha muy cercana y la cantidad de producto es grande. Cuando trabajé como
cajera en un supermercado, los festivos eran los peores días para trabajar. La
genta compra un montón de cosas que es imposible que lo comen en dos días. Como
resultado, muchas de estas compras terminan en el cubo de basura. Planifica tu compra, calcula cuanto
realmente se puede comer en un determinado tiempo.
3. Los yogures – teoréticamente estos productos caducan, pero
en realidad se puede consumir el yogur
hasta 6 meses después de su fecha de caducidad, siempre y cuando fue guardado
en la nevera sin abrir. Cuando se abre la caja, es muy fácil que en un par
de días se desarrollen los hongos.
4. Si una fruta, verdura o
algún producto abierto tiene un poco de moho, hay que tirar todo el producto. Las toxinas producidas por el microorganismo se reparten
por todo el material aunque no se vean. Y pueden ser peligrosas para niños
pequeños y mujeres embarazadas.
5. Si tenéis un producto en la lata de metal (como tomate
triturado), es aconsejable que cambiéis de envoltorio – pasar el producto a un
tupper, por ejemplo. Una vez abierto la lata, el oxígeno reacciona con el metal
provocando que este se oxide y contamine el producto.
6. La nevera debe estar limpia – lo mejor es limpiarla a fondo
una vez al mes porque siempre quedan algunos residuos que favorece el
desarrollo de los microorganismos.
Segundo, la cocina
He
visto muchísimas programas de cocina y no todos presentan un buen ejemplo en
referencia de buenas prácticas de higiene. No lavar las manos, limpiar todo con
el mismo pañuelo de cocina…
1. Lavar las manos antes de manipular de los alimentos, después de ir al baño
y después de cortar/tocar la carne o pescado. No vale solo enjuagar con agua,
hay que limpiarlas bien con jabón. Es importante sobre todo en caso de las
mujeres embarazadas y preparaciones de comidas para los más pequeños.
2. Lavar bien las frutas y
verduras incluso si van a ser cocinados.
Es mejor eliminar todos los residuos tóxicos o microorganismos que se pueden
acumular en su piel. Para las embarazadas incluso se recomienda lavar las
verduras con agua mezclada con unas gotas de lejía y aclararlo bien.
3. Yo suelo enjuagar un poco las piezas de carne antes de
cocinarlas. Lo sé, que para los mejores chefs de cocina es un sacrilegio, pero
nunca se sabe cuánto tiempo el producto pasó fuera de la cadena de frio (es
decir, por encima de temperatura 5ºC como durante el transporte a la tienda,
reparto etc.). Además, los residuos de sangre es un alimento perfecto para que
se desarrollen las bacterias patógenas responsable por gastroenteritis, por
ejemplo.
4. Es aconsejable que se
descongele los productos en microondas o sumergido en bol con agua
caliente. Dejándolo al aire libre, sobre todo en verano, el alimento crudo
alcanza las temperaturas perfectas para que crezcan lo patógenos.
5. Mantener el orden a la
hora de cortar los ingredientes.
Empezar siempre con los productos que ensucian menos (como verduras) y terminar
con la carne/pescado. La razón es la de siempre – las verduras contienen
relativamente poco agua a la hora de cortar y no es tan fácil transmitir las
bacterias a la tabla de cortar. La carne, por otro lado, contamina mucho.
6. No mezcles productos
crudos con cocidos. Se evita así la
contaminación cruzada.
7. No limpies las manos,
tabla de cortar, mesa con el mismo trapo de cocina. Es mejor limpiar los residuos con el papel de cocina (poco
ecológico, lo sé) y tirarlo después de usar. El trapo sucio es una fuente muy
importante de contaminación en la cocina porque entra en contacto con varias
superficies y deja las bacterias por todas partes.
8. La cocción debe ser
adecuada, es decir, en el centro de la
pieza debe alcanzar como mínimo 75ºC.
Esa regla hay que tener en cuenta sobre todo cuando se cocina las piezas de
carne. No es recomendable comer carne con restos de sangre, porque eso
significa que no ha alcanzado esa temperatura de cocción requerida para matar a todos los bichos. Para las embarazadas
y los niños la carne siempre debe estar bien hecha.
Tercero, guardar los alimentos
Aunque
alimento esté cocido, no significa que está libre de microorganismos. Muchas
intoxicaciones alimentarias se deben justamente a malas condiciones de
almacenamiento de producto preparado.
1. Los productos calientes deben guardarse en la nevera
durante máximo 2 horas después de su cocción.
2. Los platos fríos, como gazpachos, ensaladas frías, si no se
consume al momento, deben estar guardados en la nevera a plazo de máximo 3
días.
3. Los productos de huevo, como mayonesas caseras, muses
caseros con huevos, se debe comer al momento, no es recomendado mantenerlo en
la nevera por posible desarrollo de Salmonella.
Bibliografía
y enlaces de interés:
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