Los términos mágicos como “consumir preferente antes” y “fecha de caducidad” hacen que millones
de toneladas de alimentos se tiran a la basura en todo el mundo cada año. ¿Para
qué sirven y por qué es tan importante saber diferenciarlos?
Introducción
Los dos términos se refieren
a la vida útil del producto. Es decir, el tiempo que el producto no presenta
ningún riesgo para nuestra salud.
Consumir preferente antes – es la fecha de caducidad, calculada por el
productor de alimentos, hasta cuál el producto mantiene sus mejores propiedades
organolépticas y físico – químicas (como textura, color etc.). Esta fecha tiene
carácter orientativo por lo tanto el
alimento se puede consumir después de plazo sin ningún riesgo siempre y cuando
se ha cumplido los requisitos puestos por el productor. Entre ellos podemos
encontrar: conservar en lugar fresco, seco (todos los productos de panadería),
nevera (yogures y quesos o congelados etc.). En mi opinión, se puede guardar esos alimentos
hasta un año después de la fecha de consumo preferente. Yo, en mi dispensa,
tengo muchos productos en polvo, como sopas, gelatinas traídos de Polonia, que
están esperando a su turno.
Fecha de caducidad – es una
fecha límite hasta cuál se debe consumir el alimento. Un producto que ha pasado
su fecha de caducidad puede influir a nuestra salud provocando infecciones
gastrointestinales, mal estar incluso enfermedades graves como Salmonella. La
caducidad se usa sobre todo en la producción de productos frescos,
pasteurizados, envasados a la atmosfera protectora (prácticamente todo lo que
podemos encontrar en la sección de neveras como ensaladas, quesos frescos,
carne etc.). Ya que no se usa tratamiento agresivo de calor (como asar,
tecnología UHT con leche) no se elimina todos los microorganismos presentes en
el producto y por eso se fija la fecha de caducidad que indica que se han
sobrepasado los límites microbiológicos.
¿Cómo y quién se establece los límites de consumo?
Los establece la propia
empresa que les produce a base de las normativas EU y estudios microbiológicos.
Además, se emplea también los estudios físico - químicos (incluye estudio de
cambios de textura, velocidad de aparición de substancias toxicas) y estudio
organoléptico para comprobar hasta cuando el producto huele y sabe bien.
¿Y qué pasa con los alimentos abiertos?
Gran mayoría de los
alimentos que hemos abierto deben terminar en la nevera para mantenerlos a
salvo de los riesgos microbiológicos. Los productos de panadería deben estar en
un sitio fresco y seco.
¿Cómo saber si el alimento guardado aún se puede comer?
En general no hay ninguna
regla, hay que confiar en la intuición y sentido común.
1. Cada producto que presenta signos de
moho, hay que tirarlo entero. Aunque se ve una pequeña colonia por solo un
lado, las toxinas ya están bien repartidas por todo el alimento. El moho
produce toxinas que pueden dañar nuestro tracto intestinal y el hígado.
2.
Los
productos envasados como mermeladas, mayonesas
suelen aguantar mucho tiempo por sus propiedades físicas (alto contenido de
azúcar, alto contenido de sal y aceite que impidan que se desarrollen bacterias),
pero el moho sí que puede aparecer a lo largo de tiempo.
3.
Las
frutas y verduras en la nevera: si no presentan moho,
cambios de la piel, solamente se han resecado un poco – se puede comer después
del tratamiento térmico.
4.
Los
quesos y jamones curados. Lo quesos se debe guardar en la nevera
para mantener su calidad, preferible en el envase original. No se debería
envolverlos en papel o film de plástico – en el primero se secan demasiado
pronto, en el segundo, las grasas pueden empezar a ranciar y provocar mal olor
y sabor. Los jamones pueden estar fuera de la nevera, alejados del sol (provoca
cambios en grasa y en consecuencia empeoramiento de propiedades organolépticas)
hasta 6 meses (tienen algo contenido de grasas que impide desarrollo de
microorganismos al largo plazo. Realmente lo que provoca que jamón sabe raro,
son los cambios físico – químicos).
5.
Los huevos
no caducan – tienen la fecha de consumo preferente. Mi abuela
guardaba los huevos debajo de un armario, ahora se recomienda mantenerlos en la
nevera por razones de seguridad alimentaria (los huevos son fuente de la
bacteria Salmonella). Los
microorganismos se encuentran únicamente encima de la cascara del huevo, por
eso es muy importante comprobar si no hay grietas. En caso positivo, el huevo
solo se puede consumir cocido por completo. Otra manera de comprobar si un
huevo esto fresco – antes de utilizar romper un huevo al cuenco, olerlo,
examinarlo si no se le “raro” y luego utilizar en la cocina.
6.
La
carne fresca. Los productos de carnicería están envasados
en atmosfera protectora que les mantiene frescos hasta la fecha de caducidad.
Pero si abrimos el envase, hay que consumir el contenido en el plazo máximo de
3 días guardándolo en la nevera (la carne cruda puede ser fuente importante de
Salmonella u otras bacterias malignas). Otra manera el congelarlo; en esta
manera puede aguantar hasta un año en el congelador.
Bibliografía:
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