jueves, 27 de agosto de 2015

Trucos para comer sano

Cada uno quiere comer sano. Y adelgazar. Las dos cosas se pueden juntar fácilmente siempre y cuando se aplica unos simples trucos a la hora de comprar y elegir los productos.
Primero de todo – SIEMPRE LEER LAS ETIQUETAS. Aunque el nombre indica que algo es natural, solo mirar la lista de ingredientes, se te quitan las ilusiones. Otro día pasé por la zona de jamones y un de las marcas anunciaba su producto como “natural de siempre” o algo así. Cuando empecé a leer los ingredientes, me di cuenta que de natural tenía poco que ver. Cuanto menos ingredientes y menos procesado es el alimentos, mejor para tu salud.
La lista de ingredientes esta creada en la siguiente forma – las sustancias van en orden de mayor cantidad a más pequeñas. Por ejemplo: si un chocolate tiene como primer ingrediente azúcar y luego cacao o masa de cacao – eso significa que posiblemente el producto es de mala calidad y va a ser muy dulce con poco sabor a chocolate. Lo mismo pasa con las salchichas – cuando más carne hay en porcentaje – mejor.

Fruta y verdura

Elige siempre fruta y verdura de temporada. Esto tiene la explicación fácil – en pleno invierno se puede comprar uvas o melocotones, claro, pero vendrán desde lejos, posiblemente de Sudamérica o China. Cuánto más distancia, más substancias químicas se les echa encima para que aguante el viaje intacto y bonito. Fuera de temporada está mejor elegir las frutas congeladas (las venden en algunos supermercados).
Por otro lado, no tengas miedo elegir una fruta con imperfecciones como agujeritos, gusanitos etc. Esto es una señal que recientemente no se ha aplicado ninguna pesticida a la fruta y es más saludable.
Hay muchísimos videos por YouTube donde la gente enseña la existencia de las ceras encima de la fruta, casi siempre como ejemplo sirve una manzana, y lo presentan como substancia química, carcinógena etc. No es verdad – esas substancias fueron comprobadas como seguras durante el proceso largo de verificación científica (también lo hacen en mi universidad). Gracias a eso no presentan ningún riesgo para salud y son comestibles.
La mejor forma de consumir frutas es comerlas crudas, porque al tratarles con calor se pierde una gran parte de vitamina C. Las frutas en almíbar no les aconsejo por alto contenido de azúcar y pequeño valor nutricional. 


Productos lácteos


Esto es un mundo aparte. Me cuesta muchísimo encontrar un yogur que sea natural sin azucares añadidos y sin edulcorantes (sobre edulcorantes y su influencia a la salud – aquí) y de leche semidesnatada o entera.
No me gusta el sabor de edulcorante (para mi es el sabor metálico en la boca) y adición de azúcar veo innecesaria. Aquí recomiendo leer atentamente las etiquetas. Muchos productores “engañan” al consumidor, utilizando ingredientes como leche en polvo (más calórico, soso y más barato que leche normal), varias proteínas de soja por ejemplo (añaden textura y dan la sensación de saciedad). Por otro lado no os preocupéis si en la etiqueta de yogur de fresa habéis encontrado zumo de remolacha o zanahoria. Se añade este colorante natural por una simple razón – el color de la fresa es muy inestable y no se mantiene mucho tiempo. Adicción de otros zumos permite obtener mejores resultados visuales cuando se abre la tapa.
Hablando de yogures de sabores – es importante leer la etiqueta en este caso también. Muchos fabricantes ahorran en manera de no poner la fruta en el producto – en la etiqueta solo indican que el yogur contiene el colorante natural y aroma.
Los peores valores de punto de vista nutricional pertenecen al grupo de productos destinados a los niños. Una de las marcas líder en el mercado utilizado mucho azúcar añadido en sus productos y lo presentan en la publicidad como fuente de calcio. No es verdad, si lo compras con otras marcas – yogur natural tiene casi la misma cantidad de calcio sin azúcar añadido.
Lo mejor es comprar un yogur natural o bifidus (natural, sin azucares, sin edulcorantes de leche entera) y mezclarlo en casa con los cereales y/o frutas. Podéis añadir algo de azúcar si os gusta tanto, siempre en pocas cantidades o usando miel. ¡Esta es una merienda perfecta!


 Cereales para desayunar


He leído una vez un estudio científico, donde se indicaba que los cereales destinados a los niños deberían estar en la estantería de dulces en vez de cereales por la simple razón – enormes cantidades de azúcar y escasa fibra. A los niños les encanta – colores, chocolate, animales, algunas marcas añaden los juguetes – es una manera de mantener el cliente (el niño en este caso) leal a esta marca - ¿Pero es muy sano no? Pues no. De vez en cuando claro que tu hijo puede comer. Pero no todos los días. Nadie se atreve hacer estudios completos, pero hay indicaciones que tanta cantidad de azúcar puede provocar el síndrome TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad). Además, los fabricantes tientan indicando en la etiqueta el contenido de vitaminas, calcio u otros ingredientes esenciales para el desarrollo. Es mejor elegir un producto más barato con menos colores, pero con fibra y minerales (como muesli o cereales de fibra) y combinarlo con frutas o puree de frutas. Tu niño saldrá ganando.


Pescados

Desde pequeño siempre nos dicen que el pescado es muy sano, hay que comerlo por lo menos dos veces a la semana (las embarazadas hasta cuatro). La verdad es un poco diferente. No hay duda que el pescado sigue siendo sano (los ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6, proteínas esenciales, es fácil para digestión), pero hay que elegir bien a la hora de comprar. Las mujeres embarazadas y los niños hasta 5 años deben evitar comer grandes depredadores como atún, pez espada o tiburón por una simple razón – acumulación de mercurio en sus cuerpos. Mercurio daña principalmente a sistema nervioso y puede provocar los trastornos mentales y problemas graves de salud.
La mejor manera de preparar el pescado es al horno o a la plancha. Los ácidos grasos omega 3 y 6 son termos sensibles, es decir, no aguantan bien el calor y se degradan.
Pescados más saludables:
-       Arenque
-       Caballa
-       Salmón
-       Trucha
-       Sardina
-       Pescado blanco como merluza
Les aconsejo evitar panga, aunque es pescado blanco. Gran mayoría de plantas de producción de este pescado se encuentra en China y hay estudios que indican que es muy contaminada.
Como saber si el pescado está fresco.
En principio, el pescado viene a la venta durante 24horas desde su captura. El pescado más fresco se puede comprar en las lonjas de pescadores, aunque no en todos los sitios lo venden al particular.
En el supermercado hay que fijarse en:
-       Los ojos: deben ser claros, transparentes, “vivos”,
-       Piel elástica, sin rugosidades y arrugas
-       Cuerpo rígido, brillante
-       Branquias muy rojas, de color de sangre, brillantes.
-       En caso de moluscos: todas conchas deben estar cerradas o cerrarse al dar un pequeño golpe. Deben tener olor fresco al mal.


 Carnes y aves

Se ha dicho todo lo malo sobre la carne que podemos comprar en el supermercado. Que es de mala calidad, que lo hinchan de sustancias químicas, que es poco comestible. Pues la parte de esos problemas es culpa nuestra – queremos comprar más y pagar menos. La industrialización de producción cárnica permite utilizar los trucos para aumentar el peso de la pieza (como añadir las proteínas de soja, fécula y otros almidones- retienen agua, gracias a que la carne este jugosa). Es importante mirar el porcentaje de carne en la carne – cuando más, mejor.
No recomiendo comprar los productos ya macerados o en especias. Uno de las razones es alto contenido de sal (para darle sabor), a veces en vez de las especias meten aromas y/o potenciadores de sabor. Mejor preparar mezcla de especias casera y dejar la carne macerando toda la noche en la nevera.  


Pan

Cuántas veces hemos oído - ¡Este pan ya no sabe cómo el pan verdadero! Es verdad, la industrialización está recogiendo sus frutos – el pan cada vez tiene peor calidad por varias razones. Por un lado para vender pan más barato (como en cadenas de supermercados) se utilizado peores materias primas (harina muy refinada, aceites baratos, aditivos para mejorar de fermentación). Las panaderías con sus precios altos comparándolas con supermercados, pierden la batalla aunque en mi opinión el pan es mejor. El peor, en mi opinión es el pan de sándwich. Tiene bastantes ingredientes que no se encuentra en pan normal como aceite de palma (hay bastantes estudios que indican muy desfavorable influencia al cuerpo humano), jarabe de maíz (alto contenido de fructosa, que nuestro cuerpo transforma directamente a la grasa). En Estados Unidos se le considera uno de los principales causantes de obesidad en el país.
Una de las opciones más saludables y laboriosas es hacer pan en casa. No es nada difícil, solo requiere tiempo. Los resultados son inmejorables si por fin pillas el truco.


Embuditos y jamones


Los productos curados, como jamones o chorizo, lo considero como uno de los más saludables. Las proteínas están intactas por falta de tratamiento térmico, la grasa no está oxidada, es decir, no contiene ninguna sustancia que puede dañar a la salud. Eso sí, es bastante calórica y las personas con obesidad o problemas de corazón deberían limitar su consumo.
En caso de los embutidos, como mortadela o salchichas, es muy importante leer las etiquetas. Primero, por saber cuánta carne se utilizó en proceso de producción y cuáles son los aditivos. Algunos fabricantes añaden potenciadores de sabor (cuidado a la hora de alimentar a los niños), conservantes o almidones para sustituir parte de la carne y mantener la pieza jugosa. Por desgracia, casi todos los productos de esta gama contienen conservantes para mantenerlos frescos más tiempo.


 Leche


Leche es el alimento básico para los más pequeños, pero muchos adultos lo están consumiendo a diario. En países de Este, gran mayoría de la población tiene intolerancia a las proteínas de la leche, por eso dejan de tomarla en la vida adulta. Los productos lácteos tienen las proteínas cambiadas por las reacciones químicas o fermentación y por eso no provocan efectos adversos como diarrea, gases o mal estar.
Otras personas tienen intolerancia a la lactosa, que les hace imposible consumir productos elaborados a base de la leche como quesos, yogures etc.
Siempre recomiendo la leche entera o semidesnatada. ¿Por qué? – la respuesta es en el contenido de grasa. La grasa, aunque tiene muy mala fama por los mitos alimenticios, es muy importante. Gracias a ella, el cuerpo es capaz de absorber las minerales y vitaminas que necesite para funcionamiento perfecto como vitamina A y D, calcio u otros minerales.
En los supermercados podemos encontrar la leche pasteurizada y la leche UHT. ¿Qué es la diferencia? Se encuentra en el tratamiento térmico. La pasteurización se realiza en temperaturas relativamente bajas – sobre 80 – 90ºC durante el tiempo determinado, suele ser unos 30 min. Este proceso permite matar a todos los microorganismos dañinos a nuestra salud, sobre todo las baterías de tuberculosis. Pero es necesario mantenerlo en la nevera y no más tiempo que una semana.
El proceso de UHT es el proceso térmico donde se emplea altas temperaturas (hasta 130ºC durante un par de segundos). Este proceso permite matar todos los microorganismos infecciosos en el producto. El cierre hermético aumenta la vida útil hasta un año. La principal diferencia entre esos dos procesos es el sabor – alguna gente se ha quejado de sabor amargo o quemado en caso de leche UHT. Eso es debido a las altas temperaturas que provocan las reacciones entre proteínas y azucares presentes en la leche. Además, la leche pasteurizada se puede utilizar en la producción casera de los quesos como ricota.
También he visto la leche con extra calcio, extra adición de ácidos grasos omega 3 y 6. No conozco muy bien el proceso de producción, pero os aseguro que la leche desnatada con extra de calcio no sirve de nada por falta de materia grasa (como he mencionado antes, la grasa ayuda a absorber el calcio).


Quesos

La producción de queso es sencilla: leche, se le añade enzimas o ácidos, fermentar, cortar, formar/envasar, dejar de madurar y vender. En este tipo de productos, la etiqueta suele decir la verdad en caso de queso fresco, semicurado y curado.
Si hablamos de quesos para untar, la verdad que no hay mucho que decir. Algunos contienen estabilizantes o conservantes para que aguanten más tiempo abiertos en nuestra nevera. Eso no es de todo malo, pero yo siempre digo que es mejor evitarlos. Es mejor no comprar los quesos para untar que contienen espesantes, almidones – aumenta el valor calórico.


Dulces y golosinas 

Aquí no hay misterio – azúcar, azúcar y una vez más, azúcar. Hay estudios que demuestran que las chuches con el zumo de fruta tienen el mismo valor calórico y poco nutritivo. Lo único bueno que tienes, es la buena cantidad de colágeno que ayuda a mejorar el aspecto de pelo y las uñas. ¡Pero claro, no te pases! Además, como siempre, hay que leer las etiquetas, porque algunos contienen los aditivos que pueden afectar a los niños como algunos colorantes o conservantes. 



Bebidas y agua


En el mercado hay una barbaridad de marcas que producen bebidas para los más pequeños – de todos los tamaños, sabores y colores (literalmente). Gran mayoría de ellos contiene azúcar en diferentes formas: azúcar, jarabe de glucosa – fructosa, jarabe de maíz. Pocos contienen zumo de fruta, más bien colorantes y aromas alimentarios para imitar el sabor indicado en la etiqueta. Muchos niños se ven atraídos por los colores y piden un zumo rosa, azul - ¿Habéis visto este color de zumo en la naturaleza? Pues no. Es mejor limitarlo, en cambio se puede dar al niño “bebida casera” – el agua mezclada con ingredientes naturales (naranjas, limón, hierbas, pepino etc. sin adicción de azúcar, claro).
Los zumos es otra historia. Gran parte de zumos en nuestro mercado se obtiene a base de concentrados (el zumo natural exprimido se sumerge al proceso de tratamiento térmico para evaporar gran parte de agua y así almacenar el zumo (hay otras formas, pero más caras como utilizando bajas presiones – cuando más baja presión, la temperatura de evaporación es más baja). Este zumo tiene siguientes problemas nutritivos: escasa cantidad de vitamina C u otras vitaminas, para recompensar el sabor (a veces por reacciones químicas el jugo tiene sabor como amargo, quemado) se le añade azúcar.

Los mejores zumos, en mi opinión, son los zumos caseros, exprimidos en momento, o zumos que podemos encontrar en las neveras (gran mayoría de ellos no tienen ni azúcar ni aditivos). 


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