Los hígados de pollo eran mi pesadilla durante la infancia. Mi madre lo hacía en
tal manera, que se quedaban secan, duras, horribles. Sin ninguna salsa, solo
con patatas cocidas. Lo odiábamos a muerte.
Pero
cuando me mudé a residencia durante mis estudios, mis compañeras de habitación
me ensañaron otras maneras de hacer hígado. Y aquello no tenía nada que ver con
el asqueroso plato de mi infancia. Desde entonces, he empezado a experimentar
con el hígado y la verdad es que me gusta.
Os
dejo una receta, tradicional de Polonia – hígados de pollo con manzanas y
nata fresca.
Ingredientes
(para 2 personas)
Una tarrina de higados de pollo
1 cebolla mediana picada
(se
puede usar perfectamente la blanca o la morada – la morada es más suave)
2 dientes de ajo picados
2 manzanas ácidas (preferible
Granny Smith) cortadas en dados
Medio botecito de nata fresca
Sal, pimienta recién molida, tomillo/romero
2 Patatas medianas para cocer
Preparación
Los
hígados hay que limpiarlos de restos de grasa, ligamientos y cortarlos en
trozos más pequeños.
En
la sartén calentamos el aceite y freímos la cebolla picada. Cuando empieza a
ablandarse, añadimos los hígados junto con el ajo picado. Sofreímos hasta que
los hígados sean todo marrones. Echamos las manzanas a la sartén, mezclamos
con cuidado, añadimos sal, pimienta y tomillo/romero. Dejamos que manzanas se
hagan un poco, añadimos la nada fresca y mezclamos. Dejamos que burbujea unos
10 min a fuego medio hasta las manzanas estén tiernas y los hígados hechos
por dentro. Rectificamos de especias.
Mientras
cocemos las patatas.
Se
puede servir con perejil picado y zumo de naranja recién exprimido (la vitamina
C de la naranja facilitará la absorción de hierro).
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